Se despide Mayo con la fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Al ver a su prima, María dijo: La paz sea contigo. Isabel respondió las tan sabidas palabras: Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre... La Virgen respondió con el sublime Magnificat, el primer cántico del Nuevo Testamento (Lucas, 1, 46-55) y el más hermoso de las Santas Escrituras que tienen debajo en español.
La fiesta de la Visitación se celebra en la Orden Franciscana desde 1263 introducida por San Buenaventura, a la sazón General de la Orden, y en el Oriente desde la más remota antigüedad, pero no fue universal hasta el pontificado de Urbano VI ( 202. º Papa entre 1378 y 1389). Este Papa mandó que se solemnizase y se preparasen los fieles para ella por medio del ayuno; murió el Pontífice antes de publicarse la Bula de Institución, pero su sucesor Bonifacio IX la publicó en 1389. El Concilio de Basilea, en 1441, fijó la fiesta en el 2 de julio en cuya fecha permaneció hasta que Pablo VI, el 14 de febrero de 1969, decretó su cambió al 31 de mayo, pues así se sitúa entre las solemnidades de la Anunciación del Señor (25 de marzo) y de la Natividad de san Juan Bautista (24 de junio) adaptándose mejor a la narración evangélica.
De la Visitación pasemos a la revisión. Sin santificación. Con emoción, Como continuación. Sin explicación.
Ayer uno de los tres jueves grandes del año. Uno de esos que relucen más que el sol. Gran fiesta de la Iglesia Católica. Corpus Christi. Devoción, tradición, fiesta, solemnidad que se remonta nada más y nada menos que a 1264. Dicho año, el Pontífice Urbano IV la instituyó para toda la Cristiandad. Al principio no fue acogida con todo el amor que era de esperar dado que Italia estaba perturbada por la rivalidad entre güelfos (partidarios de los papas) y gibelinos (defensores de los emperadores alemanes), pero en el Concilio general de Viena celebrado en 1311 bajo Clemente V fue confirmada la Bula de Urbano IV en presencia de los reyes de Francia, Inglaterra y Aragón, mandándose ponerla en vigor en toda la Iglesia. En 1316, el Papa Juan XXII añadió a esta fiesta una octava con el mandato de llevar públicamente en procesión el Santísimo Sacramento. (De José Gestoso y Pérez, Curiosidades antiguas sevillanas, Con. Bibl.ª Hispalense,2001) Más de setecientos años. Una nonada comparada con otras modas de hogaño.
Que este año, en la octava del Corpus, Higuera luzca esplendorosa como en otros tantos anteriores. Que la imaginación y el trabajo de las higuereñas y los higuereños se plasme en las calles para engalanar el itinerario por el que transite el Cuerpo de Cristo. Enhorabuena anticipada.
Más balduque (no confundir con badulaque, ¡po Dio!, ¡po Dio!), más guita para Higuera. En este caso para Capote. Por favor, con mayúscula y en singular. Si no fuera así, podría dar lugar a creer que se había creado una escuela municipal de tauromaquia o -¡Oh!- ¡un yacimiento de capotes! ¡Qué negocio!
Para abrir boca, para ir calentado la oreja, escuchen, si gustan, la actuación de nuestra paisana D.ª Agustina Infante Rodríguez en el salón de actos de la ONCE en la Calle Resolana de Sevilla. Por ella, y sobre todo, por su voz no pasan las primaveras. Enhorabuena. Que dure. Es los siguientes enlaces pueden deleitarse.
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Su hermano, Francisco, que el 29 de julio cumple 75 años sigue pedaleando. De C en C. Si lo quieren comprobar, abran el siguiente enlace:
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Curioso aviso o anuncio. Pocos de los jóvenes habrán oído hablar de humo de pez. Corría, no corre, un dicho: «nunca te acostarás sin aprender algo nuevo». ¡Velay!, ¡Pintoncesssssss….! No crean, por favor, que se saca de quemar peces (bendita/maldita polisemia) a troche y moche; cuidado que la Ley os vigila desde el dron del gran ojo orwelliano. Como P.D. tienen la receta del humo de pez.
P. D.-
HIGUEREÑEANDO De ayer a hoy... a siempre 